Hasta ahora hemos estudiado los verbos, dedicando a ello varios capítulos. Como ya mencionamos en su momento, tiene sentido enfocarse en esta parte de la oración para empezar un libro de gramática, ya que sin verbo, no hay oración. Ha llegado, sin embargo, el momento de enfocarnos en las otras partes de la oración, que arropan al verbo y que contribuyen a formar mensajes complejos.
En este capítulo hablaremos de tres funciones sintácticas que con frecuencia aparecen en la oración complementando al verbo: el sujeto, el objeto directo y el objeto indirecto.
Examina la siguiente conversación entre Ortensia y Jorge, dos estudiantes internacionales en una universidad de Estados Unidos:
Ortensia: Jorge, ¿vas a venir a mi fiesta de cumpleaños?
Jorge: ¡Claro, Ortensia! ¡No la perdería por nada del mundo!
Ortensia: ¡Qué bien! La fiesta va a ser una celebración de diferentes países del mundo hispanohablante. Les estoy pidiendo a mis amigos que no traigan regalos. En lugar de regalos, quiero comidas típicas de diferentes países.
Jorge: ¿Qué puedo traer? Yo soy español, así que podría traer tortilla española.
Ortensia: ¡Perfecto! Yo soy chilena, así que voy a cocinar ceviche. María es mexicana y le voy a pedir tamales. Por cierto, está nevando. ¡Necesitamos que los tamales sean muy picantes, para ayudar con el frío!
A continuación, fíjate en los sujetos (azul), los objetos directos (rojo) y los objetos indirectos (verde) que aparecen en la conversación.
Ortensia: Jorge, ¿ (tú) vas a venir a mi fiesta de cumpleaños?
Jorge: ¡Claro, Ortensia! ¡(yo) No la perdería por nada del mundo!
Ortensia: ¡Qué bien! La fiesta va a ser una celebración de diferentes países del mundo hispanohablante. (yo) Les estoy pidiendo a mis amigos que (ellos) no traigan regalos. En lugar de regalos, (yo) quiero comidas típicas de diferentes países.
Jorge: ¿(yo) Qué puedo traer? Yo soy español, así que (yo) podría traer tortilla española.
Ortensia: ¡Perfecto! Yo soy chilena, así que (yo) voy a cocinar ceviche. ¡Me encanta hacerlo! María es mexicana y (yo) le voy a pedir tamales. Por cierto, (Ø) está nevando. ¡(nosotros) Necesitamos que los tamales sean muy picantes, para ayudar con el frío!
Como ves en el texto de arriba, casi cada vez que tenemos un verbo conjugado (en negrita) tenemos también un sujeto (en azul). En ocasiones, además de un sujeto, tenemos un objeto directo (en rojo) y en algunos de esos casos también vemos un objeto indirecto (en verde). El tipo de verbo determina la cantidad de elementos que lo complementan.
En español, tenemos tres tipos fundamentales de verbos: transitivos, intransitivos, impersonales.
Sólo hay unos pocos verbos que son impersonales. Estos verbos se refieren típicamente a fenómenos atmosféricos: "llover", "nevar", "hacer viento", "hacer sol", etc. Estos verbos se conjugan siempre en la tercera persona singular. Se llaman "impersonales" porque no hay una "persona" que esté involucrada en el inicio de la acción. Son los únicos verbos que no requieren de un sujeto para formar oraciones. Uno puede decir "Llueve" o "Nieva" y, aunque están conjugados en la tercera persona de singular, no hay un agente, no hay una entidad que inicie la acción del verbo.
Los verbos transitivos son verbos que toman un sujeto, que además es agente y que por tanto inicia la acción del verbo, y un objeto directo, que recibe la acción del verbo. Por ejemplo, en el caso de "Podría traer tortilla española", "yo" es el sujeto gramatical y también el agente que inicia la acción y "tortilla" es el objeto que recibe directamente la acción, sobre el que se actúa. Hay verbos transitivos en los que una persona inicia la acción (sujeto y agente), otro elemento recibe la acción (objeto directo) y otra persona recibe el efecto de la acción del verbo (objeto indirecto). En el caso de "le voy a perdir tamales [a María]", "yo" es el sujeto, "tamales" es el objeto directo que recibe la acción de pedir y "le" es el objeto indirecto que recibe el beneficio de la acción.
Finalmente, los verbos intransitivos son verbos que llevan un sujeto (que es el agente) pero no un objeto directo. Por ejemplo, en el ejemplo de arriba, cuando Ortensia dice "¿Vas a venir a mi fiesta de cumpleaños?" el verbo "venir" es intransitivo. La acción del verbo no pasa a otro elemento. Está completa en sí misma. Compara esto con "Escribo todas las mañanas". En este caso, aunque el hablante no hace explícito qué escribe, todavía sabemos que escribe algo. Ese algo es el objeto directo, un objeto directo que está implícito en el verbo incluso si no está explícitamente comunicado en el mensaje.
En los siguientes apartados examinaremos con cuidado el sujeto, el objeto directo y el objeto indirecto.