Como hemos dicho, el pretérito sirve para expresar acciones ocurridas en el pasado, percibiéndolas como completas o en su totalidad. El imperfecto, por su parte, sirve para expresar acciones ocurridas en el pasado, enfocándose, no en su principio o en su final, sino en una parte del proceso, en su naturaleza cíclica o en su naturaleza continuada. Dado este contraste, el pretérito toma un aire de mayor definición y el imperfecto uno de indefinición. Esto hace que, si observamos el uso de uno y otro en narraciones nos demos cuenta que, con frecuencia, el imperfecto es usado para establecer el fondo de la narración, mientras que el pretérito sirve para avanzar la trama.
Escuchemos a continuación los dos primeros minutos del cuento de Caperucita Roja. Fíjate en el uso del pretérito y del imperfecto.
Ahora que has visto y escuchado los dos primeros minutos del cuento, vamos a examinar el uso del pretérito y el imperfecto en el mismo.
Había una vez una niña muy bonita. Su madre le había hecho una capa roja y la llevaba tan amenudo que todo el mundo la llamaba Caperucita Roja. Un día, su madre le pidió que le llevase unos pasteles a su abuela, que vivía al otro lado del bosque, recomendándole que no se entretuviese por el camino, pues cruzar el bosque era muy peligroso ya que siempre andaba acechando por allí el lobo. Caperucita Roja recogió la cesta con los pasteles y se puso en camino. La niña tenía que atravesar el bosque para llegar a la clase de la abuelita pero no le daba miedo, pues allí siempre se encontraba con muchos amigos: vecinos, pájaros, ardillas. . . De repente, vio al lobo, que era enorme, delante de ella.
--¿A dónde vas, niña?--le preguntó el lobo con su voz ronca
--A casa de mi abuelita-- le dijo Caperucita
--No está lejos--pensó el lobo para sí, dándose media vuelta.
Caperucita puso su cesta en la hierba y se entretuvo cogiendo flores.
Como ves, todos los verbos en rojo están conjugados en el imperfecto, y todos ellos nos dan información de fondo, que establece el contexto y la atmósfera del cuento. Desde luego, podemos intrepretar todos los verbos en el imperfecto según las categorías que hemos establecido anteriormente. "Había" o "llamaba" son ejemplos de variedad continua y "llevaba" es un caso de variedad cíclica. Lo importante, sin embargo, es notar que en el contexto de la narración todos estos verbos sirven para marcar el trasfondo de los eventos específicos que le ocurren a Caperucita el día que se encuentra con el lobo feroz. En contraste, cuando se introducen eventos que no forman parte del contexto general, sino que son parte de la serie de eventos que ocurren ese día, se usa el pretérito. Así es en "pidió", "recogió" o "se puso en camino". En efecto, el enfoque en estas acciones está, no en su continuación o repetición, por ejemplo, sino en que se completaron dentro del contexto narrativo presentado.
Además de presentar información contextual, el imperfecto también se usa, en el contexto de las narraciones, para presentar acciones futuras con respecto a las acciones específicas que se están presentando. Por ejemplo: "Caperucita recogió la cesta con los pasteles y se puso en camino. La niña tenía que atravesar el bosque . . ." La acción de atravesar el bosque es futura con respecto a la acción de ponerse en camino. Como futura con respecto a ponerse en camino, no está concluida, y por tanto se usa el imperfecto.